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Caso de las Plantas Carnívoras

Las plantas carnívoras siempre han despertado una gran fascinación. Desde que fueran descritas por Charles Darwin, estos ejemplares se han encargado de producir interés y miedo a partes iguales. Pero aunque el padre de la teoría de la evolución y de la selección natural pensaba que sólo engullían insectos, lo cierto es que muchos de sus misterios han sido revelados gracias a la investigación.

Hoy en día, como explican desde el blog Ciencia para llevar del CSIC, sabemos que las plantas carnívoras no se alimentan únicamente de insectos. Se han descrito casos, por ejemplo, en los que han sido capaces de devorar pequeños mamíferos e incluso crustáceos.

No sólo comen insectos
Lo más alucinante es que han sido capaces de adaptarse a medios con muy pocos nutrientes, como si vivieran en hábitats con una crisis permanente. De esta manera las plantas carnívoras han desarrollado mecanismos complejos y especializados para ingerir a otros organismos vivos. Diversos estudios, como un trabajo desarrollado sobre la especie Drosera rotundifolia, también demostraron que el nitrógeno parece que le quita el “hambre” a las plantas carnívoras. Un estudio, publicado en la revista Genome Research, ha indagado un poco más acerca de las estrategias que usa la venus atrapamoscas. El trabajo, financiado por la Unión Europea con 2,5 millones de euros, ha mostrado que su hoja se parece más a un estómago que a una flor en sí, al contrario de lo que podríamos pensar. Esta planta, según señalaba el científico Rainer Hedrich, de la Universidad de Wurzburgo, a El Español, había evolucionado hace unos 40 millones de años a partir de un antepasado también carnívoro.

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